
Robert Prevost, elegido Papa León XIV: Un nuevo rumbo para la Iglesia Católica
La Iglesia Católica ha escrito este 8 de mayo de 2025 una nueva página en su historia con la elección de Robert Francis Prevost Martínez como el Papa León XIV, el primer pontífice estadounidense y una figura de profundo arraigo latinoamericano y espíritu reformista.
Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, de madre española y padre de origen francés, Robert Prevost ha dedicado casi toda su vida adulta al servicio eclesiástico, destacando por su humildad, perfil bajo y una extraordinaria capacidad de diálogo intercultural. Ingresó en la Orden de San Agustín en 1977 y profesó votos solemnes en 1981. Su formación es amplia: licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, máster en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago, y doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma.
Prevost es un verdadero hombre de Iglesia global. Su misión comenzó en 1985 en Perú, donde fue vicario parroquial en Chulucanas, formador de sacerdotes y, más tarde, director del seminario agustiniano en Trujillo. Su dominio del español y su cercanía con las comunidades locales lo convirtieron en una figura clave en la Iglesia peruana, llegando a ser obispo de Chiclayo, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana y administrador apostólico del Callao. Es ciudadano peruano y mantiene un fuerte vínculo con el país andino.
En 1999 fue elegido Prior Provincial de los agustinos en Chicago y en 2001, Prior General de la Orden de San Agustín a nivel mundial, cargo que ocupó hasta 2013. Esta experiencia le otorgó una visión global y una red de contactos con líderes eclesiásticos de todos los continentes.
Su cercanía con el Papa Francisco fue determinante en su carrera reciente. En 2023, Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, el órgano encargado de la selección y nombramiento de obispos en todo el mundo, y lo elevó al cardenalato poco después. En este puesto, Prevost demostró una visión pastoral de apertura, escucha y descentralización, alineada con el legado reformista de Francisco.
El cónclave, uno de los más multiculturales y breves de la historia, eligió a Prevost tras solo cuatro votaciones, reflejando un consenso en torno a su figura como puente entre culturas, sensibilidades y continentes. Su elección como León XIV evoca el recuerdo de León XIII, el gran papa reformista de finales del siglo XIX, y sugiere la voluntad de mantener viva la agenda de transformación social y pastoral de la Iglesia.
Lo que puede esperar la comunidad católica mundial de su pontificado es continuidad y renovación, León XIV se perfila como un continuador del impulso reformista de Francisco, con énfasis en una Iglesia abierta, dialogante, comprometida con los pobres, los migrantes y el medioambiente. Se espera que impulse mayor protagonismo laical, participación femenina en roles eclesiásticos y diálogo interreligioso, así como una firme defensa de los derechos humanos.
Su experiencia en América Latina y su perfil multicultural lo posicionan como un mediador natural en una Iglesia globalizada y diversa, es conocido por su estilo sencillo, su capacidad de escucha y su habilidad para tender puentes, factores que serán clave en una Iglesia marcada por la polarización interna y los desafíos sociales contemporáneos, el mundo católico observa con atención sus primeros gestos frente a temas como los abusos, la descentralización de la Curia y la relación con las conferencias episcopales.
La llegada de León XIV representa una apuesta por el equilibrio entre tradición y renovación, una Iglesia más humilde y cercana a las periferias, y un liderazgo dispuesto a afrontar los desafíos de un mundo en transformación. Su pontificado, por edad y experiencia, podría marcar el rumbo del catolicismo durante las próximas décadas, consolidando la herencia de Francisco con un sello propio.
La comunidad católica y el mundo entero aguardan ahora los primeros pasos de León XIV, el nuevo pastor de más de 1.400 millones de fieles, llamado a guiar a la Iglesia en tiempos de grandes retos y esperanzas renovadas.