¿Qué es un zurdo mamerto y qué es un facho derecho? El hermoso extremismo de la ignorancia.

En Colombia en donde un desayuno es más caro que en Londres y las ideas políticas valen menos que un una botella de chirrinchi en fiesta universitaria, abundan dos especies humanas que dominan el debate nacional: el zurdo mamerto y el facho derecho. Dos criaturas tan parecidas en su fanatismo que, si los pusiéramos en un laboratorio, saldría el mismo mutante, un ser que opina sobre todo, no lee nada y se ofende por deporte.

El zurdo mamerto

El mamerto es ese sujeto que aún cree que Lenin va a resucitar en Chapinero Alto y que la revolución está a la vuelta de la esquina, justo después del próximo trago de canelazo en el bar cultural. Viste camiseta del Che comprada en Koaj y defiende a Cuba… pero desde la comodidad de su iPhone. Tiene un máster en indignación y un doctorado en marchas de Facebook. Para él, todo problema se resuelve con “más Estado”, aunque el mismo Estado no pueda ni arreglar un semáforo.

El mamerto se roba el wifi del vecino pero tuitea indignado contra el imperialismo gringo. Marcha contra el capitalismo, pero si le quitan el Rappi se muere de hambre, va a la marcha contra el TLC pero al terminar pide un Uber porque está lloviendo y no quiere dañar los tenis veganos que compró en Amazon. Habla del pueblo oprimido mientras se toma un whisky de 200 mil pesos en la casa de un concejal “progresista”, se indigna porque un gringo puso una base militar en Colombia, pero sueña con que le salga la visa para ir a trabajar de mesero a Nueva York. Dice que odia el capitalismo… pero hace fila cinco horas para comprar el nuevo iPhone obviamente “para el activismo digital” y está en contra de la propiedad privada, excepto cuando le rayan el carro.Tiene póster de Allende, Camilo Torres y hasta de Chávez, pero no sabe ubicar Chile, Venezuela ni Cuba en un mapa.

El facho derecho

El facho derecho es el primo idiota del mamerto que si pudiera, pondría a rezar el himno de Colombia tres veces al día en los colegios, justo antes de repartir fusiles en la clase de cívica. Cree que la solución a todo es bala: bala a los ladrones, bala a los estudiantes, bala a la suegra si protesta mucho. Habla de “orden” mientras se mete en TransMilenio por la puerta de atrás. Sueña con un país modelo Miami, pero no pasa de Melgar.

El facho derecho dice que odia los impuestos, pero defiende a políticos que se roban hasta los lápices del Senado. Se declara pro-vida mientras le grita a los venezolanos que se mueran de hambre en la frontera. Defiende la libre empresa con rabia, aunque su empresa sea vender empanadas en la portería y pagarle con “experiencia” al sobrino que trabaja con él. Habla de “mano dura” contra los ladrones, pero compra gasolina de contrabando y no paga Netflix. Dice que la educación es puro adoctrinamiento comunista, aunque nunca terminó ni el SENA y aplaude a dictadores que prometen “orden”, pero llora como bebé si le ponen pico y placa a su Twingo. Cree que la diversidad es una amenaza, pero se excita viendo videos porno con tres asiáticas y un ruso y obviamente dice que respeta a las mujeres, pero su argumento político favorito es “esa vieja está fea”.

Los dos son igualitos, hacen las mismas estupideces pero en diferentes contextos, El mamerto se toma selfies con carteles de protesta para subirlas a Instagram con filtros sepia; el facho se toma selfies con el fusil del primo policía y las sube con filtro de bandera. El mamerto quiere nacionalizar todo, incluso el bar donde se emborracha; el facho quiere privatizar todo, incluso el aire que respira.El mamerto sueña con una Colombia que sea Cuba pero con buen internet; el facho sueña con una Colombia que sea Miami pero con arepa de huevo, dos caras de la misma empanada rancia.

Ambos, mamerto y facho, se creen dueños de la verdad, pero en la práctica son como esas bandas tributo de rock de bar, se insultan entre sí, tocan la misma canción desafinada y viven de repetir discursos reciclados de los años 70. El mamerto ve fascistas hasta en el arroz con pollo; el facho ve comunistas hasta en el guiso de la mamá.

La verdad es que Colombia no necesita más ni de uno ni de otro, necesita menos fanáticos y más gente que entienda que el problema no es la izquierda ni la derecha, sino el hecho de que nos gobierna una pandilla de mediocres que se reparten el país como si fuera un chuzo de empanadas en hora de almuerzo.

TEST: ¿Eres mamerto zurdo o facho derecho?

Marca la opción que más te identifique (no te preocupes, igual vas a perder):

En un paro nacional tú…
A) Vas con cartel de “el pueblo unido jamás será vencido” y pides domicilios de Rappi en plena marcha.
B) Gritas “háganle bala a esos vagos” mientras estás en tu oficina viendo YouTube en horario laboral.

Tu celular favorito es…
A) El iPhone más caro, para criticar al capitalismo desde Twitter.
B) El Huawei más barato, comprado de contrabando en San Andresito, porque “primero la economía nacional”.

Si tu hijo te sale músico…
A) Lo apuntas a un taller de trova revolucionaria, aunque nunca lo escuches.
B) Le quitas la guitarra a golpes y le compras un fusil de paintball.

Tu frase de conquista en un bar es…
A) “Mi amor, ¿sabías que Marx escribió sobre el amor libre?”
B) “Yo soy de los que mando en la casa… bueno, en la casa de mi mamá”.

Tu ídolo es…
A) Petro y por supuesto El Che Guevara, aunque no sepas tres frases suyas que no estén en la camiseta.
B) Uribe, aunque lo único que te dio fueron dos horas de pico y placa más.

Resultados

Mayoría de A: Felicidades, eres un mamerto zurdo. Te ofende todo menos tu hipocresía. Vives en contra del capitalismo… salvo cuando hay promociones en Falabella.

Mayoría de B: Bravo, eres un facho derecho. Defiendes la bala, el orden y la patria… pero si te toca pagar impuestos sales corriendo como el ladrón que dices odiar.

Empate: ¡Eres colombiano promedio! Un híbrido perfecto: criticas todo, no lees nada y al final votas por el mismo de siempre porque “me da miedito el otro”.